La quinta semana de embarazo -3ª semana tras la concepción- mi vida ha consistido en sentir náuseas, comer, dormir y cagarme de miedo. No necesariamente en ese orden. 

Siento náuseas si no como a menudo, y después de comer si como un poco más de lo necesario o algo pesado.

Siento hambre y sueño TODO EL TIEMPO. Soy como una osa en invierno, que solo se despierta para comer. Hoy he tenido una reunión súper importante y no he podido dejar de bostezar todo el tiempo ni he podido concentrarme en nada porque solo podía pensar en la bolsita de frutos secos que llevaba en el bolso. Me moría de vergüenza.

Siento muchos muchos muchos miedos. Miedo a no lavar lo suficientemente bien la lechuga, miedo a estresarme demasiado en el trabajo, miedo a no tomar los alimentos necesarios... Pero, sobre todo, miedo a que algo no vaya bien. El otro día, por ejemplo, tuve un pálpito, la intuición de que algo iba mal, no sabría explicar por qué. Ahora intento no pensar en ello, porque siento los mismo síntomas y tal, pero estoy deseando que llegue el martes que viene para volver a la ginecóloga. Bueno, estoy deseándolo... Y al mismo tiempo me da pánico. ¿Esto va a ser así los 9 meses? ¿Las demás primerizas son tan asustadizas?

He leído que ahora mismo mi cigotillo tiene el tamaño de una semilla de sésamo. ¡Pues vaya poder tiene una cosita tan pequeñita!